Hay grupos qe se supone deben gustarte. En este momento se me ocurre Pearl Jam. La gente se sorprende cuando les digo qe en realidad no tengo ningún disco de ellos y qe ni me llaman la atención. Algo parecido pasa con Nine Inch Nails, de qienes no había escuchado nada más qe dos o tres sencillos. Pero al fin cedí y, alentado por
Da'Bit, me hice del nuevo disco de esta banda qe sirve de fachada para el monito Trent Reznor.
Fue hasta la segunda escuchada qe comenzó a gustarme. Para ello tuve qe suponer qe la voz no estaba ahí y concentrarme en oir la música nada más. Qe bonita. Me recordó mucho al Massive Attack maloso de hace 10 años, pero con algunos toqes dulzones tipo Four Tet. Beats agresivos qe evitan caer en los clichés de The Prodigy, bajeos duros, guitarras disfrazadas de sintetizadores y omniprescentes pianos. Muy bien logrado el efecto rock con herramientas más típicas de la electrónica.
Pero bueno, por mucho qe lo qiera negar las canciones también tienen voz. Cuando Trent gruñe y se enoja me la creo. Pero todos esos arreglos vocales más melódicos -inclusive intentos de falsete- se oyen hipócritas. Se percibe una especie de obligación a hacerlos. Imagínate a Trent Reznor diciendo "ahora si voy a meter arreglitos de voz melódicos para qe vean qe también sé cantar bonito". Lo siento mucho, señor del nombre padre, pero no te salieron.
Nine Inch Nails no tiene porqe preocuparse en hacer buenos discos: tiene ese efecto dogmático sobre sus seguidores que lo exime de tal presión. Si eres seguidor de este grupo probablemente ya estés poniéndome adjetivos tipo "blasfemo" o "ignorante". Se vale. Si no estás en la onda NIN, este puede ser un buen álbum para empezar, ya qe el pasado es doble y podría ser mucho para los legos y el anterior a ese... bueno... es de hace muuuuuuucho.