2002
No sé si se valga incluir este disco en Muchos Discos. Ya lo tenía. Lo compré hace mucho y después de hipnotizarme oyéndolo y viendo las fotos qe venían de Ely en ropa interior lo presté y –como todo lo bonito qe prestas- lo perdí. Hoy volvió en forma de archivo. Solo será cosa de convertirlo en disco y volver a rellenar la cajita vacía qe aún conservo al fondo de mis torres de discos, en mi supuesta categoría de “perdidos”, junto a los empaqes huecos del Live At Roseland de Portishead y Vespertine de Björk.
Ely se convirtió en celebridad por su dueto con La Ley y luego con su Sweet & Sour, Hot and Spicy. Pero antes tuvo este Lotofire. Su disco anti-rock. Su disco susurrado y triphopero; igual de sexual qe el nuevo predilecto, pero en una sexualidad menos salvaje, sin gritos y sin cera caliente, sexualidad de cartitas de amor y aún vistiendo el bra debajo de las sábanas.
Sumisita, sumisita, Ely respira mucho sobre el micrófono, lastimada de pasión y reponiéndose a pasitos. La electrónica es prominente, compartiendo las bocinas con guitarras acústicas. Qe bonito suena esa combinación, ¿no? Evita los redobles, distorsiones y aceleraciones aparatosas para prenderte y levantarte de tu sillón de la emoción. Lotofire te convence de las palabras qe repite y repite y te prende hundiéndote más entre los cojines y haciéndote apretar la boca.
1 comentario:
aqui, pues qye puedo decir, odio la musica de ely guerra y el nuevo afro que se ha hecho, ojo, es tan solo mi opinion, creo que mejor se deberia de casar con un jugador de soccer y hacer feliz a su papá
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