Tal vez sea injusto hablar de Takk... comparándolo con ( ) -no seas ignorante, ¿eh? ( ) fue el impronunciable título del álbum pasado de Sigur Rós- pero hacerlo de otro modo sería descontextualizar el disco.
Takk... es una prolongación natural del épico ( ). Ambos trabajos presentan similitudes en la intención y el desarrollo del rock. Inclusive tienen ese maldito detalle técnico qe no sé como se logra: están divididos en dos por un silencio qe indica la frontera entre las etapas; y aunqe el silencio dura un ratito, pero el indicador del tiempo permance en ceros. En ( ), los islandeses estos tocaban con los ojos cerrados y haciendo caras de seriedad y gravedad. En Takk... siguen con los ojos cerrados, pero ahora sonríen. ( ) se escucha en una noche de esas en las qe la angustia no te deja dormir. Takk... lo pones cuando al fin la noche termina y sale el sol y los ojos te arden en la parte de atrás y te sientes pegajosito de la nuca y estás contento porqe ya te vas a dormir.
A diferencia de sus compatriotas más famositos -Björk y Múm- los Sigur Rós no cantan en inglés. Sus letras son todas en ese perplejicamente mágico islandés o en vonlandic, protoidioma creado por la banda y qe Jónsi utiliza para tararear algunos de los temas. Post-rock lentísimo en un par de idiomas initeligibles podrá no sonar como lo más prendido del mundo, pero Sigur Rós te llama y te convence de qe los escuches. Su música es hipnóticamente seductora y no sabes por qé los sigues oyendo si te desgasta tanto emocionalmente.
Voy a mandar una carta -si, de esas de antes escritas en papel y con timbres- a Fat Cat Records y les pediré qe, para qe alguien pueda adqirir Takk... deba primero aprobar un examen donde demuestre estar familiarizado con ( ). Por lo pronto, yo voy a experimentar oirlos seguidos uno después del otro. A ver qé pasa.